martes, 9 de febrero de 2010


Farabunterra

Para los lectores revolucionarios del mundo

En la sangre donde te llevamos, en nuestros corazones donde estás presente, en nuestras letras irreverentes, en nuestros escritos denunciantes, en la alegría revolucionaria del pueblo farabundista, en el llanto emancipador y la sonrisa de los niños, en los gritos desgarradores del pueblo, en nuestros puños levantados y nuestra frente altiva, en los fusiles guerrilleros (Revolución Definitiva), en el naciente arte popular, en las brochas rojas de nuestros pintores, en la alegría total del Amanecer Farabundista, tu presencia; como ánfora roja enardecida es nuestra guía en nuestras vaguadas libertarias.

Va para ti. Ya nadie nos va a tirar la Ventana en Nuestros Rostros, nuestro pequeño Pulgarcito se agigantó para siempre y el Pobrecito Poeta Que Era Yo, está presente como siempre en el canto campirano de este pueblo grandioso y orgulloso de ser salvadoreño.

Donde los malditos asesinos hayan abandonado tu cuerpo, en Los Chorros, o en el Playón, donde quiera que estén tus huesos de lucero, ahí llega este triunfo, mientras ellos con sus caras de psicópatas y sus ojos de asesinos se esconden de este pueblo que les quiere cobrar deudas. No la muerte de un hombre, sino la muerte del Nobel de la Poesía Irreverente del Mundo, del Padre de la Poesía Testimonial de la Tierra.

Leed a Mayakosky, a Van Troy, a Vallejo, a Otto René. A Vognanov, a Javier Heraeux , a José Hernández, a Neruda, a Leonel Rugamas, a Whitman, a Martí. Leed, Vieja María del Che, a Steinbeck, a Nicolás Guillén, pasad tu mirada, una breve mirada; sobre los lienzos de Van Gogh, Renoir, Guayasamín, Picasso, Delacroix, Degas, Monnet, Camilo Minero, Rivera y entonces comprenderás de qué estamos hablando.

Va para ti hermano de auroras ensangrentadas, de las Tabernas Poéticas Trashumantes, se llegó el día como tú lo dijiste: que los tiros saldrían del lado del pueblo y ahora esos disparos se convierten en esperanza objetiva en esta luminosa alborada de nuestra vida.

Va para ti, este es tu triunfo. Los muertos se levantan de sus tumbas desconocidas, de los sótanos helados, de las cárceles clandestinas, de las tumbas colectivas de nuestros ancestros izalqueños, de la teluria volcánica, de todos los rincones de la Patria Farabundista, de esta FARABUNTERRA HEROICA, y yo; desde mi corazón poético y mis tejidos irreverentes: TE SALUDO HERMANO.

Te saludo en nombre de los trapenses, en nombre de la Iglesia Histórica Revolucionaria, en nombre de Santoamérica, en nombre de mis hermanos y hermanas guerrilleras que dejaron las uvas de su vientre al fragor de los combates libertarios, en nombre de la guerrilla internacional, en nombre de los mal vistos guerrilleros deshabilitados, en nombre de los que jamás hemos pedido ni queremos nada que no sea la verdadera libertad de los pueblos, en nombre del socialismo, en nombre del marxismo leninismo, en nombre de los que jamás pactaremos rendición alguna, en nombre de los obreros y de nuestras hermanas maltratadas, en nombre de nuestros campesinos y de nuestros artistas callejeros, en nombre de Fayad y de Van Troy, en nombre del Che, de Fidel y de Hugo, en nombre de los niños sin escuela, en nombre de mi hijo del alma, en nombre de los Médicos del Pueblo, en nombre de los nuevos comunicadores, en nombre de Sandino y Farabundo, en nombre de los mártires y héroes, , en nombre de los caídos en combate, en nombre de los hijos e hijas de la guerra, en nombre de nuestros exiliados, en nombre de nuestra Amada Diáspora Irredenta, en nombre de las nuevas estructuras populares, en nombre del movimiento obrero y del movimiento revolucionario internacional, en nombre de todo el pueblo donde quiera que se encuentre y como quiera que sea, todos incluidos, sin distinción de clase, tendencias sexuales, religión, creyentes y no creyentes, en nombre de esta estirpe de hombres y mujeres valientes que no pedimos, sino; exigimos la construcción de una verdadera democracia participativa donde la opción sean los desprotegidos, los pobres de Monseñor Romero y las resultantes, la paz y la justicia social en un estado de derecho y que se entienda bien, no un estado de derecho de la derecha, sino un verdadero estado de derecho con una constitución con leyes plebiscitarias que le permitan al pueblo la elección y construcción de su propio destino.

¡Hemos llegado! las atalayas del puerto siguen encendidas, seguirán encendidas toda la vida. Jamás permitiremos que el sol se oculte tras nuestras montañas, el sol de nuestras vidas es bellamente infinito. Los niños cantan la alegría colectiva, la patria se ha puesto más bonita, chapudita y planchadita, fiesterita. La María y la Cunda se adornan sus colochos con los claveles rojos de la victoria, las Cortadoras Cumplen Su Destino: YA SE MADURO, YA COLORADEO TODO EL CAFETAL.

Paul Fortis

paulfortis@rogers.com

Fecha de publicación: 20/03/09

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